El misterio buscado por sí mismo, introducido voluntariamente –a todo trance- en el arte como en la vida, no sólo no podría tener más que un valor irrisorio, sino que además aparece como la confesión de una debilidad, de un desfallecimiento. El simbolismo sólo se sobrevive a sí mismo en la medida en que, al romper con la mediocridad de tales cálculos llega a hacerse una ley del abandono puro y simple a lo maravilloso, por residir en este abandono la única fuente de comunicación eterna entre los hombres.
(Sobre André Breton, Puertas al campo, Octavio Paz)
1 comentario:
Abandono, dulce abandono, hasta encallar.
Saludos,
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